Sembrando agua, cosechando futuro sustentable: el trabajo de los comités ambientales comunales
Por: Ing. Ángela Flores Juzcamayta, profesional en gestión territorial de FOVIDA
En la sierra central del Perú, las comunidades campesinas de San José de Apata, Ñuñunhuayo y Ricrán (Jauja – Junín) y Paccho Molinos (Huancavelica), están tomando acción para conservar las principales fuentes de agua de sus territorios y construyendo infraestructas ancestrales que les permitan mejorar la gestión del recurso hídrico, a fin de lograr la tan ansiada seguridad hídrica.
En un contexto donde el cambio climático amenaza la disponibilidad del agua y la sostenibilidad de los ecosistemas altoandinos, las comunidades rurales vienen demostrando que la organización comunal puede marcar la diferencia. Con el objetivo de fortalecer la gestión sostenible de los recursos hídricos y promover la participación equitativa en la toma de decisiones, se han conformado los comités ambientales comunales, espacios de representación democrática donde mujeres y varones trabajan conjuntamente por la protección del agua y del entorno natural. Estos comités son elegidos de manera participativa en asambleas comunales, lo que garantiza la legitimidad y el compromiso de sus integrantes. Cada comité tiene la misión de velar por la conservación de las fuentes de agua, la gestión adecuada de los recursos naturales y la sensibilización de la población sobre la importancia de un manejo sostenible del ambiente.

Comités ambientales comunales impulsan la conservación del agua y la adaptación al cambio climático
Mujeres y varones, miembros de los comités ambientales comunales, unen esfuerzos para proteger las cabeceras de las microcuencas, recuperar y/o conservar “ojos de agua” (manantiales) y bofedales, realizar monitoreos de la calidad de agua, protección del entorno natural y promover prácticas sostenibles que aseguren agua para las futuras generaciones. Su compromiso no solo fortalece la gestión comunitaria del agua, sino que también impulsa una nueva cultura de equidad y corresponsabilidad frente a los desafíos del cambio climático.
Entre las principales acciones que vienen liderando y desarrollando los comités ambientales de la mano con la comunidad en su totalidad, destacan las prácticas de siembra y cosecha de agua, orientadas a incrementar la recarga hídrica de acuíferos y asegurar el abastecimiento en épocas secas. Estas prácticas incluyen la construcción y mantenimiento de qochas artesanales, zanjas de infiltración y micro reservorios comunales, que permiten retener el agua de lluvia y aprovecharla de manera eficiente para el riego, consumo poblacional y representan hábitats para especies de fauna nativa, como las aves migratorias y mamíferos andinos, asi como las acciones de reforestación con especies nativas, todas estas actividades organizadas mediante faenas comunales.
Asimismo, los comités ambientales participan activamente en los monitoreos de la calidad del agua mediante macroinvertebrados, una herramienta clave y sencilla para determinar la calidad de agua del efluente, esta información es relevante para la toma de decisiones informada, que permita tomar medidas correctivas desde la comunidad. Estas actividades se desarrollan con el acompañamiento técnico de la ONG FOMENTO DE LA VIDA – FOVIDA, fortaleciendo las capacidades comunales para la gestión del recurso hídrico.
El trabajo de los comités ambientales comunales y la comunidad en su conjunto, contribuyen directamente a la adaptación frente al cambio climático, al promover prácticas que reducen la vulnerabilidad frente a sequías y eventos extremos. Además, refuerza el sentido de tejido social, creando una red de actores comprometidos con la protección del agua como bien común. Su éxito radica en la unidad, la organización y la valoración del conocimiento local, que permiten revalorar los saberes ancestrales de las comunidades campesinas.

Mujeres y varones: liderazgo compartido en acción
Uno de los aspectos más destacados de los comités ambientales comunales es la participación equitativa de mujeres y hombres. En muchas comunidades, las mujeres lideran procesos de sensibilización y educación ambiental, transmitiendo conocimientos tradicionales sobre el manejo del agua y las plantas nativas, su don innato por conservar y dar vida les permite tener una visión sobre la importancia de la conservación. Su participación fortalece la toma de decisiones y garantiza que la gestión del agua incorpore una perspectiva inclusiva, pensada en todos/as los miembros de la comunidad.
Por su parte, los varones complementan estos esfuerzos a través del trabajo colectivo organizado durante las faenas comunales en acciones como: la construcción de qochas artesanales, en las acciones de reforestación, y otras que requieran de su perspectiva organizativa y accionar practico. Esta articulación demuestra que la unión de perspectivas y formas de mirar el mundo contribuyen para alcanzar una gestión sostenible del territorio.
El compromiso de los comités ambientales comunales refleja la convicción de que cuidar el agua es cuidar la vida. Gracias a su trabajo, hoy las comunidades cuentan con fuentes de agua más seguras, suelos mejor conservados y una conciencia ambiental fortalecida.
Esta experiencia demuestra que, cuando la gestión de los recursos naturales se realiza con participación de mujeres y varones, y con una visión de un futuro mejor, es posible construir territorios más resilientes y sostenibles. Los comités ambientales comunales son, un ejemplo de cómo las comunidades pueden sembrar agua hoy para cosechar futuro sustentable mañana.
