Lideresas de Lima Sur se prepararon para promover iniciativas climáticas en sus territorios en una contexto de pandemia y la crisis económica.

Estamos contra el tiempo, y es momento de actuar. No existe duda que la humanidad es la responsable del incremento de la temperatura del planeta, lo cual viene generando constantes cambios en la frecuencia, magnitud y duración de los fenómenos climáticos adversos, como los vientos fuertes, la alteración de las precipitaciones, sequías prolongadas y las olas de calor, donde los países de América Latina son especialmente vulnerables, debido a sus características ambientales y brechas sociales.

Según el último reporte científico publicado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) en agosto de este año, la gestión deficiente que se realiza en las negociaciones climáticas para la reducir los niveles de gases de efecto invernadero, por el uso de combustibles fósiles, sigue amenazando los ecosistemas, tierras agrícolas, medios de vida y la seguridad alimentaria del mundo, lo cual afecta principalmente a las familias que viven en condiciones de pobreza.

Ademas, es preciso mencionar que en todas las sociedades las mujeres y los hombres presentan distintas funciones y responsabilidades, necesidades y conocimientos que son asignados socialmente y que es preciso entender plenamente para integrarlos en la adopción de medidas eficaces para enfrentar el cambio climático. Esta comprobado que el cambio climático incrementa las desigualdades existentes y, muy particularmente, las desigualdades de género. Ambos, mujeres y hombres son indispensables para las soluciones climáticas, y en los últimos años, el consenso mundial ha reconocido que la incorporación de los derechos de las mujeres y la igualdad de género en las actividades de mitigación y adaptación al cambio climático no sólo es esencial y necesaria, sino que aumenta al máximo la eficacia de las intervenciones, los programas y los recursos utilizados para hacer frente al cambio climático.

Por ello, en Lima, Perú, las mujeres de los distritos de San Juan de Miraflores, Villa María del Triunfo y Villa El Salvador, han participado de la “Escuela de Lideresas frente al Cambio Climático en Lima Sur”, programa de formación implementado por FOVIDA, a través del cual elaboraron propuestas de medidas en adaptación ante los impactos diferenciados del cambio climático en sus territorios. Asimismo, dicho programa busca fortalecer sus capacidades de liderazgo y actoría en políticas públicas locales y medidas comunitarias en atención a los impactos del cambio climático.

Desde el mes de junio, más de 50 participantes, mujeres representantes de diversas organizaciones sociales, ambientales y vecinales de asentamientos humanos y comedores populares, se han capacitado para preparar, presentar y gestionar con sus respectivas autoridades locales diversas iniciativas climáticas con el fin de mejorar las condiciones de vida para sus familias. Pero, ¿Quiénes son? ¿Cómo vienen enfrentando al cambio climático en un contexto de pandemia y crisis económica. A continuación conozcamos algunas de ellas.

Mujeres frente al cambio climático

Victoria Arce, presidenta de la Asociación de Redes Ambientales

“La mujer debe reconocer que el cambio climático la afecta de manera diferenciada en comparación con el varón”, señala Victoria Arce, natural de la provincia limeña de Canta, madre de familia y presidenta de la Asociación de Redes Ambientales de Villa El Salvador (REDAVES).

Desde este espacio, Victoria junto a su equipo realizan acciones de sensibilización ambiental y gestionan el mantenimiento de un parque productivo convirtiéndose en un biohuerto comunitario que beneficia a 15 familias. También realizan canastas solidarias con los alimentos cosechados para donarlas a familias vulnerables y a comedores populares de la zona. Es por ello que una propuesta de Victoria, dentro de la escuela, será impulsar la creación de huertos comunitarios en espacios públicos.

Para Victoria es importante que las mujeres sepan sus derechos y sobre todo, que sepan cómo el cambio climático las afecta. Las olas de calor, que se intensifican por la ausencia de áreas verdes en el distrito de Villa El Salvador; la humedad extrema y la escasez de agua hacen que la carga de trabajo en casa sea cada vez más complicada. “Nosotras tenemos derecho a una mejor calidad de vida, al bien común. Nosotras podemos incidir en las autoridades para lograrlo”, puntualizó.

Teresa Rodriguez, miembro del Club de Madres Santa Teresita

Teresa Rodriguez vive en el distrito de Villa María del Triunfo, y es parte de la escuela al igual que Victoria. Ella indica que el calor y la humedad afecta su salud y la de sus seres queridos, así como del resto de sus vecinas y vecinos, vulnerándose de esta manera la salud comunitaria, que ha sido agudizando por la pandemia por el COVID- 19.

Ancashina de nacimiento y madre de dos hijos, Teresa pertenece al Club de Madres Santa Teresita, ubicado en el asentamiento humano Primero de Mayo. Ella tiene en mente crear un biohuerto con biodigestor y de esta manera mejorar la alimentación de las niñas y niños de su sector.

Juventudes: ideas y propuestas

 Ginna (al medio) y su equipo de SunquPacha

Ginna Torreblanca y Susy Cruz son dos jóvenes que también participan en la Escuela de Lideresas. Son activistas ambientales y viven en Villa El Salvador y Villa Maria del Triunfo respectivamente.

Ginna junto a cuatro compañeras de su universidad formaron SunquPacha, organización juvenil con la cual impulsan jornadas de limpieza de playas y brindan talleres sobre cambio climático para informar a las personas sobre sus causas y consecuencias a nivel mundial.

Susy, por su parte, forma parte de ECOS siendo este un colectivo de mujeres que impulsan proyectos ambientales y vienen realizando hasta la fecha capacitaciones con la asesoría de FOVIDA. Susy también forma parte de RENACE Perú, organización juvenil a través de la cual lleva ayuda humanitaria a las ollas comunes de Villa María del Triunfo.

Estas jóvenes, que gracias a sus iniciativas, resiliencia y perseverancia vienen formandose como lideresas ambientales, tienen presente que la niñez y la juventud también son actores importantes en la movilización ante el cambio climpatico, ya que no solo estarían salvaguardando su presente y futuro cercano, sino también la de las siguientes generaciones.

“Queremos capacitar a las niñas y niños en educación ambiental. Esperamos que pueda hacerse de manera presencial, pero si no se puede se utilizarían las herramientas digitales para lograrlo”, remarca Ginna muy entusiasmada al contar la idea de proyecto que tiene junto a sus compañeras, propuesta que también abarca la promoción de áreas verdes y siembra de árboles en su distrito.

Para Susy, su atención va por desarrollar la agroecología junto a la instalación de atrapa nieblas. Con este sistema se podría asegurar el riego por goteo y así darle sostenibilidad a la siembra y cosecha de alimentos lo que mejoraría la seguridad alimentaria de las familias en Lima Sur.

Susy Cruz, miembro del colectivo de mujeres ECOS

Hasta el final

En esta nota hemos presentado solo a cuatro participantes de la escuela. Cuatro mujeres con ideas y proyectos que vienen siendo asesorados por las y los especialistas de FOVIDA. Ellas saben que el camino de la gestión e incidencia con sus gobiernos locales aún es largo, pero no se rendirán, porque tienen en sus corazones tanto que dar y toda la fuerza para ser escuchadas hasta lograr sus metas.