Por: Ángela Flores, Ingeniera Forestal y Ambiental, especialista en gestión territorial de FOVIDA.

En los últimos 10 años, la producción mundial de residuos ha aumentado a casi 3 millones de toneladas al día.

Como cada año desde 2005, el 17 de mayo es el Día Mundial del Reciclaje. Una fecha en la que todas y todos debemos tomar mayor conciencia de la importancia de reciclar, reutilizar, reparar o reducir por el bien de nuestro planeta, la conservación de nuestra biodiversidad y el de nuestras economías.

Esta fecha, fue establecida por la Unesco con el objetivo de concienciar sobre la importancia de tratar los residuos adecuadamente, además de optar por un consumo más responsable, el reciclaje de la mayor cantidad de materiales, la reparación y/o reutilización todo lo que pueda y reducción al máximo los residuos para preservar los recursos naturales.

De acuerdo a la Organización de la Naciones Unidas (ONU, 2020), En los últimos 10 años, la producción mundial de residuos ha aumentado a casi 3 millones de toneladas al día. Como es natural, los efectos se ven y se sienten en la Tierra y en los mares de todo el mundo; sin embargo, no existen demasiadas soluciones para resolver este problema creciente. Ante estas alarmantes cifras, es necesario que nos concienciemos y actuemos como comunidad, pero también y sobre todo de manera individual, para hacer frente a este problema que nos afecta a todas y todos.

El «reciclaje» es una actividad que podemos hacer desde nuestros hogares, centros educativos y otros espacios, y se refiere al proceso por el cual un material o producto previamente utilizado, originalmente destinado a la eliminación, se somete a un tratamiento para producir una nueva materia prima o producto. En otras palabras, un producto de desecho tiene un nuevo ciclo de vida, lo que nos permite aprovechar mejor los recursos naturales, reducir el impacto medioambiental de nuestros hábitos de consumo y encontrar formas creativas de rediseñar nuestros artículos de consumo y darles una nueva vida.

La idea es llegar a la meta de residuo cero. Es decir, vivir en armonía con la naturaleza, sin generar basura. Y para lograrlo, luego de clasificar los desechos, se debe proceder a aplicar las reglas del reciclaje (3R: reducir, reciclar y reutilizar) y la economía circular que ha incluido el nuevo concepto de las 7R (rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar), con el objetivo de alcanzar una sostenibilidad aún mayor para nuestro ecosistema.

Razones de la importancia del reciclaje:

  1. Ahorramos energía y luchamos contra el cambio climático: Si reciclamos reducimos el trabajo de extracción, transporte y elaboración de nuevas materias primas, lo que conlleva una disminución importante del uso de la energía necesaria para llevar a cabo estos procesos. A menor consumo de energía generamos menos CO2 y reducimos el efecto invernadero.
  2. Usamos menos materias primas: Si reciclamos el vidrio, el papel o el plástico ya no hay necesidad de hacer uso de tantas nuevas materias primas para fabricar productos. De este modo ahorraremos una cantidad importante de recursos naturales y conservaremos, entre otras cosas, nuestros bosques, los llamados pulmones del planeta, cuyo trabajo es fundamental para descontaminar el ambiente. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO):
    1. Un árbol puede captar anualmente hasta 150 Kg de CO2.
    2. Los bosques actúan como filtros de pequeñas partículas urbanas.
    3. Un árbol puede captar anualmente hasta 150 Kg de CO2.
    4. Los bosques actúan como filtros de pequeñas partículas urbanas.
    5. Las grandes superficies de árboles y vegetación moderan el cambio climático
  3. Fabricamos nuevos productos: A través del reciclaje se crean nuevos productos. Hay objetos cotidianos que nacen a partir del reciclaje.
  4. Creamos puestos de trabajo: El proceso de reciclaje de residuos necesita de empresas y personas trabajadoras que recojan los distintos materiales y los clasifiquen.

Preservemos el medio ambiente: El vertido de las basuras domésticas o los desechos procedentes de la industria, como son los tintes textiles o los productos químicos agrícolas, están contribuyendo a contaminar algunos ríos del planeta, mermando su riqueza natural y destruyendo los hábitats de muchas especies.

¡Manos a la obra!