Fuente: Revista AGROPERÚ N°49, pp. 67-69

En el 2015, cuando 123 pequeños productores agrarios de Junín y Huancavelica decidieron unir fuerzas y formar la Cooperativa Agraria Intirun Pachata Micuchisun (Alimentando al Mundo)-Inpami, lo hicieron conscientes de que la asociatividad era clave para mejorar su realidad. La agricultura familiar, a menudo golpeada por el abuso de los intermediarios y enfrentada a mercados desiguales, encontró en el cooperativismo una poderosa herramienta de transformación.

Bajo la gerencia general de la ingeniera en industria alimentaria Carmen Marca Maquera, Inpami ha demostrado que la unión es más que fuerza: es un cambio tangible en la vida de los pequeños agricultores.

Rompiendo cadenas de intermediación

El principal motivo del surgimiento de Inpami fue la necesidad de tener mayor poder de negociación y mejorar significativamente sus condiciones de comercialización, alejándose del control de quienes históricamente se llevaban la mayor parte de las ganancias. Así, el cooperativismo se convirtió en un motor de cambio, devolviendo a los agricultores el valor real de su trabajo y promoviendo una distribución más justa de los beneficios.

Desde su fundación, la cooperativa ha organizado la oferta agraria de sus miembros, garantizando la venta directa a clientes que valoran la calidad y el origen de los productos.

Precios justos

Cada madrugada, Carmen y su equipo se desplazan entre los valles de Junín y Huancavelica, visitando comunidades campesinas donde se cultivan productos como frijoles, habas, arverjas, palta y papa nativa de colores. Estos viajes no solo son una rutina, sino un puente entre el campo y el mercado, que asegura mejores precios y un trato justo para los agricultores.

Uno de los beneficios más evidentes de la asociatividad en Inpami es la mejora de los precios en chacra. Mientras un agricultor no asociado recibe solo un sol por kilo de papa nativa de colores, los miembros de la cooperativa logran venderlo a 2 soles con 10 céntimos, prácticamente el doble. Esta diferencia puede parecer pequeña, pero tiene un impacto profundo en las economías familiares. Gracias a estos precios, los agricultores han visto mejorar sus ingresos, lo que se traduce en una mejor calidad de vida, alimentación y educación para sus hijos.

Negocios con el Estado

En 2019, Inpami comenzó a vender productos frescos al Estado, logrando una de sus primeras alianzas importantes con las municipalidades provinciales de Huancayo y Jauja y las municipalidades distritales de Chilca en Huancayo, y Masma en Jauja, colocando 34 toneladas de diversos productos como papas nativas, olluco, arvejas, vainitas, maíz amiláceo y granadilla. También con el programa de alimentación escolar “Qali Warma”, en donde logró comercializar 80 toneladas de productos como papas y frijoles para el menú de escolares de 16 centros educativos de Junín y Huancavelica, lo que también demostró que el Estado es un mercado potencial para los productos agrarios.

Este éxito fue el resultado del esfuerzo constante por mejorar la calidad de sus productos y la organización de la oferta. En 2022, la cooperativa obtuvo el “Sello de la Agricultura Familiar” del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), lo que le abrió las puertas a más mercados y oportunidades.

Producción ecológica

Gran parte del logro de la cooperativa se debe al apoyo y acompañamiento de la ONG FOVIDA, no solo asesorando a los socios de aquélla en producción agroecológica, sino también brindando capacitación para mejorar sus capacidades comerciales.

En un contexto donde la demanda de productos orgánicos y sostenibles sigue en aumento, Inpami ha logrado consolidarse como un referente en la producción agroecológica.

Este enfoque integral ha permitido a los miembros de la cooperativa acceder a mercados especializados que valoran la calidad y la sostenibilidad de sus productos.

“Nuestro objetivo ha sido, desde el principio, fomentar un desarrollo sostenible que beneficie tanto a los productores y los consumidores como al medio ambiente”, comentó la Ing. Marca Maquera.

Al reducir el uso de agroquímicos y fomentar la biodiversidad, esta cooperativa ha logrado crear un modelo de producción que promueve la regeneración de los suelos y la conservación de los recursos naturales.

Además, la asesoría brindada por FOVIDA ha sido clave en la organización empresarial de los productores, permitiéndoles desarrollar estrategias comerciales que les han abierto las puertas a nichos de mercado que valoran los productos orgánicos. Con esto, los agricultores han mejorado sus ingresos y la calidad de vida de sus familias, fortaleciendo la economía local y contribuyendo a un modelo más justo y equitativo.

Nuevas oportunidades

La FAO, a través de su iniciativa “Mano de la Mano” (Hand in Hand), seleccionó a la cooperativa para partici ­ par en importantes eventos comerciales, como el Foro Nacional de Inversiones durante el Agrofest 2024. En este evento, Inpami realizó contactos con 14 proveedores interesados en productos como la papa nativa y harina procesada, destinada a la exportación a Europa y América Latina, a través de terceros.

“Gracias a la FAO, estamos cerrando contratos con empresas exportadoras, lo que nos permitirá vender 80 toneladas de papa nativa y 60 toneladas de palta. Este logro es importante para mejorar las economías de nuestros agricultores, quienes pertenecen a poblaciones vulnerables”, destaca la gerente.

El caso de Inpami es un claro ejemplo de cómo la asociatividad puede transformar la vida de pequeños productores. No solo han logrado mejorar los precios de sus productos, sino que han construido un puente hacia mercados nacionales e internacionales, garantizando mejores precios para los productores de la agricultura familiar

 

Lee la revista completa aquí: Revista AGROPERÚ N°49  https://fovida.org.pe/wp-content/uploads/2024/10/agroperu_revista_edicion-n49-2.pdf  

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