Ha transcurrido un año y ocho meses desde que se declaró el Estado de emergencia a nivel nacional debido a la pandemia por la COVID-19, que ha tenido un impacto devastador en el Perú y el mundo. El gobierno implantó el confinamiento social como medida para evitar la propagación del virus. Millones de peruanos tuvieron que refugiarse en sus hogares como espacios seguros.  Sin embargo, para gran parte de la población esta situación significó lo contrario: el encierro obligatorio devino en calvario permanente. El entorno familiar se convirtió en un escenario propicio para la violencia. En cada vivienda, niñas, adolescentes y mujeres se vieron obligadas a pasar más tiempo junto a sus agresores.

Según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) durante los primeros meses de confinamiento, entre el 10 de marzo y el 10 de mayo 2020, más de 30,000 llamadas saturaron la Línea 100 para denunciar situaciones de violencia contra las mujeres. Las medidas restrictivas que se plantearon para evitar un mayor número de contagios ocasionaron que muchas instituciones públicas encargadas de la atención, prevención y sanción de la violencia cerraran o disminuyeran el personal encargado de recepcionar y atender las denuncias, limitando su accionar a un sistema de atención remota que resultó inaccesible para muchas víctimas de violencia, ya sea por problemas de conectividad o por desconocimiento de la nueva modalidad de atención.

Debido al cierre de los Centro Emergencia Mujer (CEM), el MIMP dispuso la atención a las víctimas de violencia mediante Equipos Itinerantes de Urgencia (EIU), que atendieron de manera presencial los casos severos. En el 2020 los EIU atendieron 18.439 casos:  8418 por violencia física[1], 7277 por violencia psicológica, 2693 por violencia sexual y 51 por violencia económica. Un panorama preocupante teniendo en cuenta su limitada cobertura.

En este año (2021), el segundo año de la llegada del COVID-19 a nuestro país, el panorama se muestra tan alarmante como la misma emergencia sanitaria. El último reporte de la Defensoría del Pueblo, publicado en octubre,  indica que desde enero hasta esa fecha se habían registrado 126 feminicidios, 14 de las cuales habían sido reportadas como desaparecidas. 

Entre enero a octubre del 2021, señala dicho reporte, ya se han reportado 1715 (35 %) mujeres adultas y 3189 (65 %) niñas y adolescentes mujeres reportadas como desaparecidas, lo que hace un total de 4904. Las regiones donde más se registran notas de alerta de este tipo son Lima (1848), Lambayeque (257), Cusco (243), Arequipa (233), y Callao (208)[2].

La pandemia  y la violencia contra las mujeres en Villa El Salvador y Villa María del Triunfo: distritos con mayor número de casos de violencia hacia la mujer

Desde mucho antes de la pandemia y la declaración del estado de emergencia, Lima Sur ya presentaba cifras alarmantes respecto a la violencia de género. Según el programa Aurora, en el 2019 los Centro Emergencia Mujer ubicados en Villa El Salvador, San Juan de Miraflores, Lurín y Pachacamac, reportaron un total de 8,579 casos de violencia.

En ese mismo año, los distritos que presentaron un mayor número de casos de violencia hacia la mujer a nivel nacional fueron Villa El Salvador con 2443, ocupando el octavo lugar a nivel de Lima Metropolitana, mientras que Villa María del Triunfo ocupó el quinto lugar con 3031 casos.[3]

Bajo este escenario, los índices de violencia de género durante el estado de emergencia no han hecho más que visibilizar y agudizar el grado de violencia en el que viven muchas mujeres, niñas y adolescentes, así lo detalla Julia Vargas, de la Asociación de Promotoras Legales de Villa El Salvador:

“El impacto del COVID-19 en la violencia hacia la mujer ha sido fuerte, no solo hemos tenido que enfrentar la pandemia, sino también la violencia de género. La mujer, la madre no ha podido estar tranquila ni de noche ni de día, porque ha estado conviviendo con su agresor las 24 horas. Además, ha tenido que asumir todos los roles: el cocinar, educar, el cuidado de los hijos/as, inclusive enfrentar los gastos económicos”

Cabe señalar que, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), las mujeres le dedican 39.28 horas al trabajo no remunerado, mientras que los hombres 15.54 horas a las tareas domésticas, lo que representa una gran desventaja para las mujeres pues limita sus oportunidades de desarrollo[4].

Durante el periodo de cuarentena esta diferencia se ha exacerbado pues ha habido una sobrecarga de labores las cuales han estado relacionadas con el acompañamiento escolar en las clases virtuales, la compra de los alimentos, la desinfección de productos para evitar el contagio por COVID -19, aunado al cuidado de los enfermos y/o adultos mayores. Según una encuesta realizada por el MIMP e Ipsos en mayo del 2020 las mujeres incrementaron en 4.1 horas diarias al tiempo que ya dedicaban a las tareas del hogar, este aumento de trabajo no remunerado les resta a las mujeres la oportunidad de conseguir un trabajo remunerado.

Por otro lado, el confinamiento forzado y la pérdida de empleo agravó los conflictos familiares dentro del hogar, propiciando escenarios de violencia física, psicológica, económica hacia las mujeres y desencadenando problemas de ansiedad, estrés e incluso depresión, así lo expresa Nelly Cardozo, de la Asociación de Promotoras de Salud de Villa María del Triunfo:

El impacto también ha sido a nivel mental, ya que al estar encerradas con sus agresores las mujeres han sufrido de ansiedad, cambios constantes de estado de ánimo, a las víctimas las han hecho vivir una violencia constante, y por otro lado también les ha afectado a nivel económico, porque muchas se han quedado sin trabajo, todo ello ha repercutido en ellas y también en sus hijos/as”

Desconfianza de las mujeres en  las instituciones

Vigilancia ciudadana (2018) Comisaría de Familia Villa El Salvador.

Para las organizaciones de mujeres de Lima Sur, el rol que cumplen las instituciones en  la prevención y atención de la violencia de género son aún deficientes, sobre todo a nivel de la calidad de atención. Los resultados de una acción de vigilancia ciudadana realizada por las lideresas de Villa El Salvador y Villa María del Triunfo en el 2018, a las instituciones públicas involucradas en la ruta de atención de la violencia,  mostraron  que el 44% de las usuarias encuestadas calificaron la atención de regular a mala.

En cuanto, a la prevención de la violencia, identificaron que un 40% de la población  de los distritos de Villa El Salvador y Villa María del Triunfo desconocen las funciones de las instituciones encargadas de la atención a las víctimas de violencia, entre ellas  el Centro Emergencia Mujer, gran parte de las usuarias desconocen su existencia y su ubicación; sobre todo en las zonas como José Gálvez y Mariátegui en Villa María del Triunfo. Esto último, representa una desventaja para las mujeres pues el desconocimiento de sus derechos y la desinformación sobre las instancias a las que pueden acudir para solicitar ayuda las expone a una situación de mayor riesgo frente a la violencia de género, esto lo indica Nelly Cardozo de la Asociación de Promotoras de Salud de Villa María del Triunfo:

 “El problema es que las instituciones no hacen una buena difusión de sus funciones, hay personas que ni siquiera saben que hay un CEM en Villa María del Triunfo o en Villa El Salvador, no están enteradas de su funcionamiento ni de lo que ofrecen para su protección, y eso es preocupante porque incluso hay mujeres que no saben cómo hacer una denuncia, desconocen sus derechos.”

Un problema permanente que señalan las organizaciones de mujeres de Lima Sur es respecto a la atención que reciben las víctimas de violencia en las Comisarías. Muchas usuarias señalan que han sido orientadas a desistir de presentar su denuncia por motivos incomprensibles, como, por ejemplo, que hay insuficiente personal para constatar los hechos de denuncia. Además, las lideresas, en su acompañamiento a víctimas de violencia, han identificado una inadecuada aplicación de las fichas de valoración de riesgo, así como la limitada empatía del personal policial que muchas veces revictimiza a la usuaria que denuncia.

Para Rosa Montoya de la Central Distrital de Comedores Autogestionarios Villa María del Triunfo, esta situación genera desconfianza en la actuación de la policía y hace que muchas mujeres finalmente desistan de denunciar. Ella señala:

 “Lo primero a lo que se enfrentan las mujeres cuando van a poner una denuncia por violencia, es una serie de prejuicios machistas,  en el que el policía lo primero que les preguntan es ¿Qué habrán hecho para que la agredan? y eso hace que la víctima desista y regrese a su hogar con el agresor. Es indignante que la policía no haga un seguimiento de la denuncia y solo actúan cuando ya es demasiado tarde”.

Lo más lamentable es que a pesar de los altos índices de violencia que evidencian ambos distritos, ninguno de ellos cuenta con Hogares de Refugio Temporal que permita la protección a las víctimas en riesgo de feminicidio, ni siquiera por ser una política de Estado según la Ley N°30364. A nivel nacional existen solo 49 Hogares de Refugio Temporal, de los cuales 7 están ubicados en Lima Metropolitana. La limitada oferta de este servicio público es particularmente grave a nivel nacional y mucho más en el caso de Lima, en tanto concentra la mayoría de casos de violencia según lo reporta el Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar (Aurora).

Para las lideresas de Lima Sur, la escasa voluntad política de los gobiernos locales para la creación e implementación de instituciones como casas albergues, casas de refugio y hogares de acogida que atiendan a las mujeres en situaciones de riesgo, provoca que muchas de las víctimas decidan no denunciar ni alejarse de su agresor, debido a que no encuentran espacios seguros que las acojan y protejan, más aún en una emergencia sanitaria, refiere Bertha Jáuregui de la Asociación de Promotoras Legales de Villa El Salvador.

“En Lima sur lamentablemente existen numerosos casos de mujeres violentadas por sus parejas, sea física, sexual o económicamente; sin embargo, muchas de ellas no denuncian porque sienten que la ley no las protege de manera adecuada y además no existe un lugar donde puedan refugiarse y alejarse de su agresor. Sabemos que en San Juan de Lurigancho se ha podido implementar un hogar refugio, sin embargo, en Lima Sur no hay esa posibilidad. La Municipalidad debería haberlo priorizado sobre todo en este contexto de pandemia, pero falta voluntad política para poder construir estos espacios que son tan importantes para las mujeres”.

Limitada Voluntad Política de los gobiernos locales

En los últimos años, la ciudadanía es más consciente de la importancia de erradicar la violencia de género, no obstante, aún prevalece una escasa voluntad política para prevenir esta problemática a nivel local e identificar y atender los casos de manera oportuna.

En abril del 2019, en Villa El Salvador se creó la Instancia de Concertación Distrital, un espacio de articulación y coordinación para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, este logro significó una gran oportunidad para la adecuación e implementación coordinada de políticas públicas que permitan la reducción de la violencia basada en género en el ámbito distrital; sin embargo, quienes participan activamente en este espacio refieren la falta de disposición de parte de la autoridad local en asistir a las reuniones programadas: “El alcalde de Villa El Salvador no se presenta en la Instancia Distrital de Concertación, no hay interés de estar presente en las reuniones, se excusa alegando que tiene otras actividades que realizar.  Esto es preocupante, que no se priorice el tema de violencia de género”, recalcó Julia Vargas.

A pesar de que, según la Ley N°30364 indica que los gobiernos locales tienen la responsabilidad de formular políticas, planes y programas locales y comunitarios para sensibilizar, prevenir, detectar y atender esta problemática, además de implementar acciones y servicios de prevención frente a la violencia contra las mujeres, y sobre todo incorporar la transversalización del enfoque de género en sus instrumentos de gestión; la realidad es distinta para los distritos de Lima Sur pues existe una débil articulación de las instituciones. Así lo manifiesta Rosa Montoya, de Villa María del Triunfo quien alega no haber mayores avances en la Instancia de Concertación de su distrito, pese a la disposición mayoritaria de las organizaciones y la población para luchar contra la violencia de género: “Nosotras en Villa María del Triunfo, instalamos la Instancia Distrital de Concertación para la prevención, sanción y erradicación de la violencia hacia la mujer y los integrantes del grupo familiar y hubo muy buena aceptación, participaron un gran número de instituciones públicas encargadas de la prevención y atención de la violencia de género, así como organizaciones sociales y ONG’s. Sin embargo, el espacio se fue debilitando y por la pandemia no funcionó en el 2020.”

Esta situación genera una sensación de desconfianza y de inseguridad por parte de las mujeres al no existir un trabajo concertado por parte de las instituciones encargadas de la atención, prevención y sanción de la violencia de género en ambos distritos.

Centro Emergencia Mujer: una necesidad urgente

Un problema que señalan las lideresas de Lima Sur está referido al  servicio que ofrecen los Centros Emergencia Mujer (CEM). En el caso de Villa María del Triunfo el CEM resulta insuficiente para la atención de víctimas de violencia de género. A diciembre del 2020 dicha institución ya había reportado que no contaba con el ambiente adecuado para operar en el distrito, por  la suspensión del convenio de cesión de uso del local facilitado  por la Municipalidad para el funcionamiento del CEM regular. A ello se suma la constante sobrecarga de trabajo, ya que  el número de personal resulta insuficiente frente a la gran demanda de atención. Esto lo detalla, Nelly Cardozo, Villa María del Triunfo:

El CEM regular funcionaba en la plazuela de Villa María del Triunfo si bien contaba con personal, aun así, no se daban abasto y por eso crearon un CEM en la comisaría para apoyar ya que había una sobrecarga de trabajo, sin embargo, con la pandemia empeoró. La Municipalidad no renovó el convenio con el Ministerio de la Mujer porque argumentaron que necesitaban el espacio para serenazgo; y no pusieron a disposición otro espacio para que funcione el CEM regular. Lo que ha significado un retroceso en la lucha contra la violencia hacia las mujeres en el distrito.  Actualmente el CEM regular atiende de manera virtual a la zona de José Carlos Mariátegui, pero su atención es solo en esa zona e igual no se dan abasto. Hay zonas de Villa María del Triunfo que ni siquiera saben que existen un CEM”.

Este panorama es similar n Villa El Salvador donde se ha identificado que el personal del Centro Emergencia Mujer no se da abasto para la atención de las usuarias, lo que genera se perciba una atención ineficiente. Según el Reporte de Vigilancia Ciudadana realizada a las instituciones responsables de la prevención y atención de la violencia de género en Lima Sur, el 40% de usuarias entrevistadas en Villa El Salvador opinaron que el personal  del CEM no se encuentra suficientemente capacitado para brindar el servicio que se requiere. Para Bertha Jáuregui, lideresa de Villa El Salvador, esto indicaría que el personal requiere una mayor sensibilización y preparación para brindar el servicio, es decir crear un clima de confianza para que las víctimas puedan expresar sus problemas sin sentirse juzgadas.

“En el caso del CEM hemos recogido que las mismas víctimas, las usuarias de estos espacios sentían que no había un resultado positivo en el tratamiento de sus problemas, muchas de ellas indicaban no sentirse confiadas en el trato que brinda el personal, y eso no tendría que ser así, en la medida que el personal logre un nivel de empatía y esté capacitado para dar el tratamiento adecuado a las víctimas, entonces no es cuestión de ahora el problema sino de mucho antes”, remarcó Jáuregui.

Unidas somos más fuertes: Por el derecho a tener una vida libre de violencia

 

Nelly Cardozo: Asociación de Promotoras de Salud de VMT, Rosa Montoya: Central Distrital de Comedores Autogestionarios y Bertha Jáuregui: Asociación de Promotoras Legales de VES

La violencia de género es un problema real y necesita de medidas urgentes y concretas que ofrezcan resultados a mediano y largo plazo. Ante este contexto, las organizaciones de mujeres de Villa El Salvador y Villa María del Triunfo, con la asesoría de FOVIDA, formularon un conjunto de demandas y propuestas para hacer frente a la violencia contra las mujeres en sus respectivos distritos.

Una de las prioridades que demandan las lideresas de Lima Sur es la implementación de campañas informativas sobre prevención y servicios de atención de la violencia de género, ya que aún existe poco conocimiento de la población sobre los servicios que brindan las instituciones involucradas en la ruta de atención de casos de violencia.

Necesitamos que las instituciones, como el CEM, Centros de Salud, Ministerio de Justicia, Defensoría del Pueblo entre otros difundan información amigable sobre la prevención, ruta y responsabilidades institucionales en la atención de casos de violencia, priorizando las zonas vulnerables del distrito como son los asentamientos humanos. Consideramos importante también que la población conozca la Ley 30364 y también se les enseñe cómo hacer una denuncia de manera virtual”, manifiesta Julia Vargas, Villa El Salvador

Por otro lado, señalan que se debe fortalecer los procesos de capacitación al personal de salud para la atención de víctimas de violencia, con especial énfasis en la entrega de los kits de emergencia que tienen por obligación brindar a las víctimas de violencia sexual.

“Existe un protocolo de actuación conjunta entre los Centros Emergencia Mujer y los establecimientos de la salud para la atención de las víctimas de violencia, eso está dado desde el 2019, pero los centros de salud de nuestro distrito no lo hacen efectivo, menos la entrega de los kits de emergencia a las víctimas de violencia sexual. Por eso nosotras insistíamos en que el sector salud debería estar participando en la Instancia de Concertación para poder saber de qué manera están trabajando ellos con las víctimas”, enfatizó Bertha Jáuregui, Villa El Salvador.

Respecto a la mejora de atención a las víctimas de violencia en las Comisarías de Villa María del Triunfo y Villa El Salvador las lideresas proponen en primer lugar, el diseño e implementación de procesos periódicos y sostenidos de capacitación al personal policial respecto al marco normativo (DL 1470, Ley 30364, Protocolo Base de Actuación Conjunta), que atienda las necesidades diferenciadas de las víctimas de violencia basada en género, así como la valoración eficiente del nivel de riesgo de las víctimas. En segundo lugar, la implementación de procesos de sensibilización y capacitación al personal respecto a la problemática de violencia hacia la mujer y las pautas para la atención de usuarias con un trato digno que garantice la calidez, empatía, respeto y no revictimización.

“Es importante sensibilizar a quienes atienden los casos de violencia, ellos son los responsables en dar una buena atención a las usuarias y brinden un adecuado acompañamiento y protección a las víctimas. Solo así se garantizaría que la comunidad tenga más confianza en sus instituciones y se sientan seguros/as de acudir a estos”, indica, Nelly Cardozo, Villa María del Triunfo.

Y, por último, las lideresas solicitan  la creación de  Hogares de Refugio Temporal Municipal en los distritos de VES y VMT los cuales brinden protección, albergue, alimentación a las víctimas, así como el desarrollo de actividades técnico-productivas y de empoderamiento.

“Se debe crear hogares temporales, es fundamental dichos espacios para las mujeres, pero también debe haber una articulación de la Instancia de Concertación con todas las instituciones y fortalecer la capacidad técnica de sus funcionarios. Hay preocupación por parte de la ciudadanía respecto a los altos índices de violencia, pero lo que nos falta son los aliados, como el CEM, la comisaría, si estas instituciones estuvieran haciendo un trabajo concertado sería diferente”, señaló Rosa Montoya de Villa María del Triunfo.

Estas demandas expresadas por lideresas de  organizaciones de mujeres de Lima Sur  se constituyen en la voz de muchas mujeres frente a la situación de violencia basada en género existente en estos distritos y en el país. De cara a ello nuestra institución se suma a la voz de estas mujeres demandando un mayor compromiso, voluntad política y acción efectiva de parte de los gobiernos locales, regionales y nacional y de las instituciones responsables de la atención y prevención de los casos de violencia. La tarea de lograr una sociedad más inclusiva y una vida libre de violencia hacia las mujeres nos involucra a todos, todas y todes.

[1] Conoce las estadísticas de violencia contra las mujeres durante la pandemia en 2021 (17/01/2021). Disponible en: https://www.planinternational.org.pe/blog/conoce-las-cifras-de-violencia-contra-las-mujeres-durante-la-pandemia

[2] Defensoría del Pueblo (octubre de 2021): ¿Qué pasó con ellas? Reporte Igualdad y No Violencia N° 21 – octubre de 2021 – Balance anual. Disponible en: https://www.defensoria.gob.pe/wp-content/uploads/2021/11/Reporte-21-Qu%C3%A9-pas%C3%B3-con-ellas.pdf

[3] Fuente: Programa Nacional Aurora del MIMP

[4] Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT). Los datos fueron recopilados por el INEI en 2010, sin embargo, han trascurrido 9 años y hasta la fecha no hay una actualización prevista, a pesar que la Defensoría del Pueblo instó a que se debe garantizar su periodicidad y viabilidad, al ser una herramienta que permita adoptar políticas públicas en favor del cierre de las brechas de género”.