Este 28 de julio, el Perú cumple 200 años de República, como resultado de la lucha de próceres y heroínas de nuestra independencia.  Sin embargo, en medio de esta gran fiesta debemos recordar que se mantiene una deuda histórica con las mujeres de este país.

Cada año somos testigos del incremento de violencia que afecta a miles de mujeres, en todo su ciclo de vida, quienes son agredidas, desaparecidas y asesinadas por la persistencia de patrones socioculturales discriminatorios, estereotipados y por la desigualdad imperante que da muestra de las relaciones de poder asimétricas entre hombres y mujeres.

La violencia de género continúa siendo una problemática social y estructural con graves consecuencias para las mujeres, familias y sociedad en su conjunto.  Evidencia de ello es lo acontecido durante la emergencia sanitaria producto de la pandemia por Covid19, que asoló a nuestro país con terribles situaciones.  En ese marco, en el 2020 las denuncias por violencia se incrementaron en 130% y entre enero y junio de este año, los Centros de Emergencia Mujer, a nivel nacional, vienen registrando un total de 68,696 casos de violencia hacia mujeres.  Durante el confinamiento se registraron más de 7,000 denuncias por violación sexual, incremento de un 12% de embarazos no deseados, principalmente en adolescentes. Asimismo, según el Registro del Certificado de Nacido Vivo en Línea del Ministerio de Salud (MINSA), 26 niñas menores a 10 años fueron forzadas a ser madres en el 2020.

Por otro lado, según el reporte ¿Qué paso con ellas? de la Defensoría del Pueblo, entre enero y julio de 2021 se ha constatado 2,891 alertas de desapariciones de mujeres, principalmente niñas y adolescentes. Y en lo que va del año 76 feminicidios y 67 tentativas de feminicidio.

Frente a esta difícil y preocupante realidad, lideresas de Lima Sur se pronuncian y organizan para incidir ante sus autoridades locales y sectoriales, a fin de colocar en agenda la atención de la violencia, así como la formulación e implementación de políticas públicas dirigidas a la prevención y atención en el territorio.

Por último, es importante considerar que la lucha por la igualdad de oportunidades y contra la violencia de género, es tarea de todos y todas, y nos dirige hacia una sociedad más inclusiva, con justicia social desde una perspectiva de género, en la que predomine el respeto a los derechos fundamentales de las mujeres y hombres, para una vida digna y en verdadera libertad.