Mujeres rurales: resiliencia e impactos en tiempo de pandemia

15.10.2020.- Si bien las mujeres han sido gravemente afectadas por la situación de pandemia  y sumado a ello la situación de desigualdad de género y los efectos  del cambio climático se han agravado, más aún en las zonas rurales, ellas no han bajado la guardia. Ellas con su trabajo diario y constante en el campo han asegurado la seguridad alimentaria tanto de sus familias como el de los demás,  incluso con un trabajo de cuidados del hogar no remunerado que ha ido en aumento.

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el Perú más de 3 millones 460 mil mujeres viven en zonas rurales, la mayor cantidad se encuentra en los departamentos de Cajamarca, Puno, Cusco, Huánuco y Junín. Muchas de ellas han sido gravemente afectadas por la pandemia, poniendo en riesgo el cumplimiento de muchos de sus derechos y reforzándose estereotipos vinculados a los roles de género.

Las mujeres que viven en zonas rurales tienes menos probabilidad de acceder a servicios de salud de calidad, medicamentos esenciales y vacunas. Sumado a esto, de acuerdo al informe de la Organización de las Naciones Unidas  (ONU), esto se habría intensificado desde la aparición del COVID-19. Además, las normas sociales restrictivas y los estereotipos de género también podrían limitar la capacidad de las mujeres rurales para acceder a los servicios de salud.

Otro problema que viene afectando de las mujeres rurales es su vulnerabilidad de los derechos a la tierra y los recursos. Según advierte la misma organización, las normas y prácticas discriminatorias de género impiden que las mujeres ejerzan los derechos sobre la tierra y la propiedad en la mayoría de los países y las viudas de COVID-19 corren el riesgo de ser desheredadas.

Por otra parte, algo que se ha visto con más intensidad es la recarga de trabajo en las mujeres, sobre todo la no remuneradas.

De acuerdo al Censo del 2017, gran parte del trabajo de las mujeres no es remunerado por lo cual no cuentan con seguro de salud, vacaciones, descanso por maternidad, lactancia, entre otros. Las mujeres de las zonas rurales son las que menos ingresos propios perciben, hasta el mismo año era el 46,9%, frente al 12,7% en el caso de los hombres.

Ahora, la brecha sería aún mayor. La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) informó que la crisis sanitaria agudizó las desigualdades sufridas por las más de 58 millones de mujeres que viven en zonas rurales de América Latina, cuya carga de trabajo se vio intensificada-con dobles y triples jornadas de trabajo-, a la vez que se redujeron sus oportunidades económicas y su acceso a una alimentación nutritiva.

Hoy, en el marco del Día internacional de la mujer rural, es importante reconocer y valorar la contribución de las más de 3 millones de peruanas que viven en zonas rurales, para el logro de un desarrollo territorial sostenible. Así como, apostar por su empoderamiento y garantizar el cumplimiento de sus derechos.