Casi el 40% de las comunidades de Satipo y Jauja respaldan roles de género tradicionales, según sondeo sobre violencia de género.

El 8 de marzo es un día que conmemora a las mujeres que han luchado históricamente por la igualdad, justicia, paz y desarrollo. Sin embargo, uno de los principales problemas que las afectan continúa siendo la violencia en sus múltiples manifestaciones. En ese marco, el presente artículo busca visibilizar los resultados más importantes del sondeo sobre las actitudes y prácticas frente a la violencia contra la mujer en 9 comunidades de las provincias de Jauja[1] y Satipo[2], realizado por FOVIDA en el 2023, con el fin de socializar la información, así como aportar a la construcción de comunidades rurales libres de violencias.

Según el estudio, en las comunidades de ambas provincias se observa que entre el 30% y 40% de las personas cree firmemente en la distribución de roles según su género. Es decir, las mujeres deben cumplir el rol de madres, esposas o amas de casa de forma sumisa, siendo pacientes, comprensivas y complacientes; mientras que los hombres deben ser jefes del hogar, así como poner orden y disciplina. También, el 10% de la población de ambas provincias está de acuerdo con el uso de la violencia porque asumen que las mujeres solo entienden a gritos y golpes; de igual forma, están de acuerdo con la falta de equidad y libertad económica puesto que consideran que las mujeres solo deben trabajar si se lo permiten sus parejas y que no deben cuestionar en qué gastan el dinero que ganan los varones.

Es importante resaltar que, en dos comunidades de Jauja y Satipo, el 10% está de acuerdo con la violencia psicológica, física y sexual contra las mujeres como forma de castigo ante el incumplimiento de sus labores designadas por su rol de género. Asimismo, 10 % de las personas de las comunidades de Satipo cree que, si una mujer falta el respeto a su esposo merece un castigo, mientras que el 21% está de acuerdo con ello en Jauja. 

Otro dato importante que se desprende de los resultados del estudio es que entre el 30% y 40% de las comunidades de ambas provincias percibe la imagen del varón como castigador, dominante, agresivo y violento por naturaleza. Por su parte, el 30% de las personas de las comunidades de Satipo tienen una imagen de la mujer como objeto sexual, así como dependientes de los hombres, mientras 10% considera que, si una mujer se viste provocativamente, está buscando que la acosen sexualmente.

Finalmente, el estudio muestra que las comunidades de Jauja prefieren resolver los casos de violencia de género mediante el diálogo (68.5%), buscando ayuda en su comunidad (14.4%) y acudiendo a la comisaría (8.1%). Las comunidades de Satipo prefieren acudir ante el teniente gobernador (53.6%), ante el Jefe de la comunidad (24.7%) o ante autoridades competentes (8.2%).

Si bien muchos de los entrevistados/as mencionan que los niveles de violencia en sus comunidades han bajado gracias a las capacitaciones brindadas por diversas organizaciones, esta persiste, se normaliza e invisibiliza, así como los imaginarios, percepciones y creencias entorno a la distribución tradicional de roles en base al género.

Lamentablemente las cifras a nivel nacional no son más alentadoras. De ahí la importancia de que en este 8 de marzo y todos los días, sigamos luchando y exigiendo igualdad de derechos con una mirada interseccional e intercultural, para hacerle frente a la situación de violencia de género existente en los diferentes territorios, así como en las comunidades indígenas y nativas que hoy visibiliza los datos del sondeo presentado.

¡Sigamos en la lucha! ¡Firmes y organizadas por la igualdad de derecho!

 

Por Natalia Gagó, coordinadora de proyectos de FOVIDA

¡Reivindiquemos los derechos que quedan por asegurar!

 

 

[1] En las comunidades de Masma Chicche y Ñuñunhuayo del distrito de Masma Chicche; San José de Apata y Chicche Apata del distrito de Apata; Molinos del distrito con su mismo nombre.

[2] En las comunidades de Yavivironi y Boca Cheni del distrito de Río Negro; y Pauriali y Tsiriari del distrito de Mazamari.