Período: 16 de noviembre 2021 – 31 de enero 2022
Participantes del Encuentro: Las dos principales organizaciones nacionales de mujeres, la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP) y la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (FENMUCARINAP), además de la Convención Nacional del Agro Peruano (CONVEAGRO),
Resultados al cierre del proyecto:
- Al final del Encuentro las participantes firmaron el Pronunciamiento de Mujeres Rurales, Indígenas y campesinas, en el marco de la segunda Reforma Agraria firmado el 30 de noviembre 2021. En este pronunciamiento plantean y demandan principalmente lo siguiente:
- Considerar nuestra participación efectiva, con poder de decisión y conforme a estructuras orgánicas propias de los pueblos y mujeres indígenas, rurales y campesinas, su consulta y consentimiento en todo el proceso de construcción e implementación de la II Reforma Agraria.
- Incorporar el enfoque de género e interculturalidad, el Derecho a la Madre Naturaleza, a la seguridad jurídica del territorio colectivo integral y la aplicación del Convenio 169 de la OIT, así como otros instrumentos internacionales de los pueblos indígenas, garantizando el reconocimiento jurídico de los pueblos indígenas (y sus economías) y desarrollo de políticas agrarias por cada pueblo y territorio.
- Priorizar un enfoque multidimensional y de interdependencia, no solo desde un enfoque económico y productivo. Exhortamos a que la II Reforma Agraria promueva la descolonización del Estado y sociedad, por ejemplo, priorizando las actividades agropecuarias antes que a las mineras. Por esto, también exigimos la protección y defensa a la biodiversidad tanto en flora y fauna en el presente y en el futuro.
- Adecuar el marco normativo nacional a las obligaciones internacionales asumidas por el Estado (derogar, reformar o suprimir normas que legalizan el quiebre y despojo de los territorios indígenas y restituir los territorios a los pueblos y/o naciones indígenas) y priorizar la seguridad jurídica de la propiedad colectiva de los territorios integrales ancestrales.
- Exigimos que se respete el derecho a la libre determinación de las prioridades de desarrollo de los pueblos indígenas, quienes, en el marco de este derecho y su derecho fundamental al libre uso de sus tierras, eligen como su actividad económica la agricultura.
- Exhortamos a que desde el MIDAGRI se fortalezca el funcionamiento de la Dirección General de Desarrollo Agrícola y Agroecología, Dirección de Promoción de la Mujer Productora Agraria, Dirección General de Políticas Agrarias y afines para se reconozca la importancia de fortalecer la agricultura familiar.
- Promover la titulación de mujeres como comuneras calificadas en la Ley General de Comunidades Campesinas, garantizando el acceso de la mujer al derecho a la tierra y territorio y su participación efectiva en las asambleas comunales.
- Revalorar nuestros saberes, prácticas y conocimientos ancestrales, así como las tecnologías andinas y amazónicas (medicina tradicional y plantas nativas por sus propiedades curativas).
- Promover la asociatividad y cooperativismo para garantizar las compras estatales, promoviendo las escuelas de campo con participación de las mujeres. Las compras públicas deben priorizar la adquisición de productos de la agrobiodiversidad y productos nativos, como mecanismo para favorecer su conservación y puesta en valor.
- Promover la Industrialización rural, para darle el valor agregado a nuestros productos locales. Adecuar el marco normativo que regula el funcionamiento del Registro Sanitario y Autorización Sanitaria, adecuándolo a la realidad de las pequeñas empresas rurales.
- Promover la creación de políticas públicas a favor de los micros y pequeños productores, con especial énfasis en el empoderamiento y visibilización de las mujeres; garantizando su participación activa y efectiva en el desarrollo de las políticas de las mujeres indígenas.
- Hacer efectiva la implementación de normas que promueven la agricultura familiar a través de proyectos de riego tecnificado (riego por aspersión y por goteo), siembra y cosecha de agua, con el cumplimiento de planificación y ejecución a partir de los gobiernos locales.
- Incorporar como nuevo eje el cambio climático y la prevención de riesgos de desastres, reconociendo la mayor vulnerabilidad de las mujeres; por ello exigimos la defensa y el cuidado de los ecosistemas agropecuarios para afrontar los problemas hídricos que se presentan frente al cambio climático, garantizando la capacitación de las mujeres en manejo y cuidado de nuestros bosques.
- Que el presupuesto recientemente aprobado para el “Emprendimiento de la Mujer Rural e Indígena” tenga un alcance efectivo sobre las necesidades estratégicas de las mujeres rurales, indígenas y campesinas.
- Fomentar y garantizar el acceso al crédito dirigido a las mujeres emprendedoras agroecológicas fortaleciendo la cadena productiva para su desarrollo para ser competitivos en el mercado nacional e internacional.
- Promover la incorporación y creación del Programa Nacional de Agroecología, para garantizar la agroecología y la agricultura ecológica basado en los SGP, que constituyen para los productores y productoras un mecanismo válido y sustentado en la confianza, para demostrar la calidad ecológica de su producción, la cual constituye base de su propia seguridad alimentaria y cuyos excedentes se destinan al mercado nacional. Demandamos fortalecer el sistema tradicional de semillas, reconociendo y valorando la participación de la mujer en la conservación de la biodiversidad, e incorporándolas en la conservación de las semillas nativas, fomentando el desarrollo de capacidades de mujeres agroecológicas y emprendedoras, fortaleciendo la cadena productiva, y la instalación de plantas para la producción de abonos orgánicos que reemplazaría a los insumos químicos de uso agrícola, promover el abono orgánico desde los gobiernos locales transitando hacia la agroecología como forma de vida y opción para su desarrollo sostenible.